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Buenos Aires, Argentina /
Fecha de Publicación:11/04/08  

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INFANCIA Y DISCAPACIDAD

Los chicos con discapacidad no quieren más violencia en la televisión

No les gusta lo que ven. Sienten que hay mucha violencia. Demasiado sensacionalismo. Y peor aún: no se ven reflejados. Una investigación quiso conocer la opinión de los chicos con discapacidad de Argentina, Brasil y Paraguay sobre los medios de comunicación y se encontró con un reclamo generalizado: quieren que les presten más atención. “Me gustaría que la gente se preocupara más por los discapacitados y que abordaran temas de los niños con problemas”, dijo uno de los chicos consultados.

Los chicos con discapacidad están cansados de la violencia y los contenidos sensacionalistas en los medios de comunicación. No sólo eso: también se sienten poco reflejados en la programación de los medios. Así se desprende de una investigación realizada por ANDI (Agencia de Noticias por los Derechos de la Infancia) con chicos y chicas con discapacidad de Argentina, Brasil y Paraguay, en la que algo queda bien en claro: si pudieran, interferirían en la definición de pautas periodísticas para que los medios le presten más atención a la vida de las personas con discapacidad.

La investigación de ANDI, una red latinoamericana de la que forma parte el Capítulo Infancia de Periodismo Social, con sus socios estratégicos UNICEF, Fundación Arcor y Fundación C&A, buscó conocer la opinión de los chicos con discapacidad sobre los contenidos transmitidos por los medios de comunicación, sobre todo la televisión, y sobre la frecuencia y el modo en que es retratada su realidad, tanto en las noticias como en los programas de entretenimiento.

La investigación consultó a 67 niños, niñas y adolescentes con diferentes tipos de discapacidad (intelectual, visual, auditiva y física y múltiple), la mayoría de entre 11 y 13 años de edad. En su mayoría, manifestaron su rechazo a temas como la violencia, la pobreza y los contenidos sensacionalistas en general, hicieron mención a diferentes programas comunes de la televisión abierta y por cable y demostraron que consumen productos de los más diversos tipos, dirigidos incluso a edades que no son las suyas. Una de las principales conclusiones del estudio señala que los chicos con discapacidad se reconocen poco a sí mismos en la televisión, ya sea porque los productos de información y entretenimiento los retratan de manera escasa o bien porque los propios adolescentes no perciben tales alusiones.

Las respuestas de los chicos pusieron en evidencia que no hay grandes distinciones entre las opiniones de los adolescentes de los tres países, ya que una gran parte de las atracciones de los medios de comunicación son retransmitidas en las tres naciones. A su vez, se encontró gran parecido entre las opiniones y los gustos de los adolescentes con y sin discapacidad, al comparar con estudios anteriores realizados por ANDI con públicos juveniles.

En este sentido, el consultor de la investigación Romeu Sassaki, quien hace cuatro décadas se dedica al estudio de cuestiones sobre discapacidad, explicó que “los adolescentes con discapacidad son, antes que nada, adolescentes”.

Cuando se les preguntó, a través de grupos focales y entrevistas individuales, si recordaban haber visto personas con discapacidad en la pantalla, los jóvenes consultados lograron rescatar muy pocos ejemplos, la mayoría de personajes de telenovelas con ceguera, síndrome de Down, o que utilizan silla de ruedas o muletas.

Los chicos argentinos mencionaron especialmente al personaje Juan, que compuso Mariano Martínez en la telenovela Son de Fierro. Al respecto, el actor aseguró: “Se muestra muy poco a los discapacitados y cuando aparecen se los estereotipa mucho. Lo que pasa es que tenemos muy poca información sobre cómo viven los chicos con discapacidad y, en general, a la gente no le interesa saber ni convivir con eso porque le da miedo lo diferente y que le pase lo mismo, pero hay que entender que no es contagioso. Nos falta ponernos en el lugar del otro, y eso se ve en las pequeñas cosas, como dejar el auto estacionado frente a una rampa o subirlo a la vereda, sin pensar en que le estás complicando el paso a alguien que se traslada en silla de rueda o camina con un bastón y se lo lleva puesto”.

En cambio, la visibilidad de las personas con discapacidad decrece notablemente cuando se desplaza el foco del entretenimiento al periodismo. Los chicos mencionaron unos pocos reportajes, entre los que merecen ser destacados los que abordaron la violación de los derechos de las personas con discapacidad. Recordaron apenas una nota sobre los abusos sufridos por estudiantes con discapacidad en el transporte escolar y otra sobre una situación similar en un micro de larga distancia.

La explotación de la situación de las personas con discapacidad con el objetivo de generar sentimientos de compasión y lástima, también fue rechazada por los chicos. Un adolescente porteño contó que habían filmado a dos personas conocidas por él y que la experiencia le había parecido una humillación.
Para los niños y niñas que participaron en los grupos focales, no es común que la televisión muestre a personas con discapacidad en una posición digna. Más raro aún es que la televisión retrate a gente con discapacidad reivindicando sus derechos. Un grupo de jóvenes puso un ejemplo: “Fuimos a una manifestación para darle un abrazo [simbólico] al Congreso argentino por los derechos de los discapacitados”, empezó uno de ellos. Otro completó: “Como yo estaba con muletas, me sacaron fotos”.

La discusión sobre la pobreza y la explotación, así como las diversas formas de violencia que afectan a la infancia, estuvo especialmente presente entre los chicos argentinos. Una niña porteña expresó: “Me gusta ver los noticieros para ver qué pasa, pero después me pongo muy triste. Muchos no tienen casa, lucharon, se pelearon o hicieron algo. Eso me deja un poco triste. A veces me quedo pensando que hay niños que viven en las calles sufriendo, porque no tienen monedas”.

Los niños y las niñas consultados en Argentina dijeron sentirse molestos también ante los llamados “programas de chismes”. “No me gustan esos programas de chismes porque siempre hay peleas, quién dijo qué”, afirmó uno de los participantes. Y las quejas se extendieron a las prácticas discriminatorias presentes a menudo en esos programas: “No me gustan porque, a veces, meten a las mujeres en líos. Quién gana más, quién gana menos. Qué nota le dan a eso, o a aquello”, dijo otros de los jóvenes.

Con este estudio, realizado con el apoyo de Save the Children Suecia durante el segundo semestre del 2007, ANDI busca aportar elementos para la elaboración de políticas públicas destinadas a garantizar el respeto de los derechos de este sector de la población, así como comprender mejor los procesos de elaboración de contenido por parte de los medios de comunicación en el tema Discapacidad.


Fuente: Periodismo Social



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