Portal de Parque Chas: "estamos haciendo historia"
Buenos Aires, Argentina /
Fecha de Publicación:11/12/07 Redacción ParqueChasWeb

Funciones de la nota


FUE VECINA DE PARQUE CHAS

Emotivo homenaje a una de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo


En la Plaza Éxodo Jujeño se colocó una baldosa "en reivindicación a la militancia y compromiso" de Esther Ballestrino de Careaga, a 30 años de su secuestro y desaparición.




Por Fernando Belvedere
fbelvedere@parquechasweb.com.ar


El pasado 8 de diciembre se realizó por primera vez en Parque Chas, un acto por la Memoria, Verdad y Justicia de una víctima del terrorismo de estado en Argentina. El silencio y la tranquilidad que caracteriza al barrio, ofrecieron un clima íntimo y emotivo al homenaje.

El acto fue organizado en conjunto por instituciones y vecinos de Parque Chas junto al Instituto Espacio para la Memoria (IEM), organismo autónomo creado por Ley de la Ciudad Nº 967/02.

Al principio se leyó un texto que recordó la figura de Esther Ballestrino de Careaga y la crónica de los hechos que tuvieron lugar el 8 de diciembre de 1977 en la Iglesia de la Santa Cruz del barrio de San Cristóbal.

Antes de descubrirse la baldosa tomaron la palabra integrantes de organizaciones de Derechos Humanos y familiares de Esther Ballestrino de Careaga y Mary Ponce de Bianco.


Baldosa colocoda en la Plaza Éxodo Jujeño


También habló Nora Cortiñas, presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien emocionada expresó:

"Yo tengo el orgullo de haber luchado al lado de Esther. Ella tenía fortaleza para planificar cada acción, era la que daba las opiniones más sensatas para seguir la lucha. Era la persona dulce pero firme, bien clara en sus principios militantes.

Cuando nosotros decimos que tuvimos logros, hay quien dice que tuvimos éxitos, el éxito era volver a abrazarnos con nuestros hijos e hijas, volver a mirarnos a los ojos.

Las Madres estamos orgullosas de haber salido a la calle con Esther, cuando costaba mucho salir, cuando costaba mucho poner el cuerpo, sin embargo ella puso su cuerpo, el alma y su espíritu de lucha.




Este homenaje es uno más de todos los que tuvo y que no bastarán, porque hay una cosa que tenemos que mantener: La Memoria. Y la memoria es ni más ni menos que buscar Justicia y Verdad y que se cumplan los deseos de que en este país toda la gente viva con dignidad. Saludo a Esther con todo mi amor"

Adhirieron al acto:

Junta de Estudios Históricos de Parque Chas, Junta de Estudios Históricos de Agronomía, Asociación Amigos del Barrio Parque Chas, Comisión de Asociados del Banco Credicoop- sucursal Villa Ortúzar, Club SABER y Biblioteca "El Resplandor", Periódico El Barrio, Periódico El Barrio Villa Pueyrredón, Asociación Civil Tiempo y Razón, Centro de Estudios Políticos y Sociales "La Causa Nacional", Club El Trébol de Parque Chas, Centro de Jubilados "Corazón Solidario", Agrupación "Vecinos por el 25", Asamblea de vecinos autoconvocados de Villa Urquiza, Escuela Petronila Rodríguez, Pedro Gaeta (Artista Plástico), familia Garrido de Parque chas, Hugo Crossatto, presidente de la Asociación de ex trabajadores y familiares de desaparecidos de Mercedes Benz Argentina, Comisión de Derechos Humanos de la Iglesia Santa Cruz, Madres de Plaza de Mayo Línea fundadora, Escuela República del Paraguay, Barrios por la Memoria y Justicia, Asamblea "El Almacén" del barrio San Cristóbal, Portal de Parque Chas - www.parquechasweb.com.ar, familiares y amigos de Esther Ballestrino de Careaga y Mary Ponce de Bianco.


Foto ParqueChasWeb



La crónica de los hechos

El 8 de diciembre de 1977, Esther fue secuestrada junto a nueve personas: la religiosa francesa Alice Domon, Angela Aguad, Raquel Bullit, Eduardo Gabriel Horane, José Julio Fondevilla, Patricia Cristina Oviedo, María Eugenia Ponce de Bianco y Horacio Aníbal Elbert.

Más tarde desapareció de su atelier Remo Carlos Berardo, quien también participaba de las reuniones de la Santa Cruz. Estaban juntando el dinero para publicar una solicitada reclamando por los detenidos desaparecidos. Dos días después, cuando iba a comprar el diario para ver la solicitada, fue secuestrada Azucena Villaflor. Al mediodía se produjo la detención de la compañera de Domon, Leonie Duquet. Todo el operativo estuvo a cargo de un Grupo de Tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada.

El marino Alfredo Astiz fue el principal responsable del operativo de secuestro y desaparición. Astiz se había infiltrado tiempo antes en el grupo de familiares con el alias de "Gustavo Niño", haciéndose pasar por familiar de un desaparecido.

En una entrevista realizada por ParqueChasWeb, Ana María Careaga, hija de Esther Ballestrino y directora del Instituto Espacio para la Memoria, nos ofreció el siguiente relato:

"Mis padres eran militantes del Partido Revolucionario Febrerista del Paraguay. Huyeron por separado de las dictaduras de Morínigo y Stroessner y luego se casaron en Argentina.

Cuando era soltero mi padre ya vivía en Parque Chas, en la calle Hamburgo 2951 y allí nacimos mis dos hermanas y yo y nos criamos en el barrio hasta antes del Golpe del 76.

Mi madre era bioquímica. Tuvo una farmacia en Flores y también elaboraba una línea de cosméticos que se llamaba "Doctora Careaga".

Paralelamente tenía una militancia política intensa. Siempre fueron solidarios con los exiliados de Paraguay que dejaban el país por la dictadura de Stroessner. Por sus ideas, mi madre fue una mujer de avanzada, una de las primeras dirigentes políticas de su país.

Nuestra casa fue también cuna de los exiliados de Uruguay y Chile. Gracias a su militancia, mi mamá llegó a ser muy amiga de Salvador Allende.

En septiembre del 76 secuestraron a mi cuñado -sigue desaparecido-, y a partir de ese momento mi madre comienza a participar junto a otras madres para pedir por el paradero de los secuestrados.

El 13 de junio del 77 me secuestran a mí. Estuve alojada en el Centro clandestino de detención "Club Atlético" que quedaba en Paseo Colón entre Cochabamba y San Juan. Allí me pusieron el nombre de detenida "K04". Yo tenía 16 años y estaba embarazada. Me liberaron después de tres meses y madre aconseja que mi hermana y yo nos exiliáramos. Fuimos a Suiza. Previamente nos habíamos despedido en Brasil.

A pesar de que yo había aparecido, mi madre siguió luchando junto a las demás madres en las reuniones de la Iglesia de la Santa Cruz.

Al poco tiempo me entero en Suiza que a mi mamá la habían secuestrado, fue a los pocos días de que naciera mi hija.

Mi papá murió en el año 2000. Nunca perdió la esperanza de volver a ver a su mujer, a pesar de que se volvió a casar. Y nunca quiso irse de Argentina mientras no dejaba de buscarla y de hacer gestiones. Cuando murió, nosotras lo hicimos cremar y, en un acto en la Costanera con las Madres de Plaza de Mayo, tiramos sus cenizas al río para "juntarlo" simbólicamente con mi mamá.

Desencuentro trágico, decimos nosotras, que da cuenta de la desaparición, porque mi mamá estaba enterrada en un cementerio de General Lavalle, como NN y nosotras, por supuesto, no lo sabíamos... "





Ana María y Mabel Careaga junto a Nora Cortiñas
Foto ParqueChasWeb



8 de diciembre

Por Ana María Careaga

Ayer a la tarde, Ramiro me esperaba con una sorpresa.

Corré, tenemos algo para vos, -me dijo.

Yo, que había hecho trampa mirando por el rabillo del ojo, dije: Ay, pero que no sean jazmines porque el perfume de los jazmines me gusta tanto que si los huelo me vuelvo loca de alegría…! -El me miraba con los ojazos abiertos y radiante. Y cuando terminé de hablar me dijo: ton! (son… jazmines).
Madre e hijo, me contó Anita después, habían sostenido el siguiente diálogo:

-Podemos llevar también un ramo mañana al homenaje a la bisabuela…
-Pero si está muerta!, dijo Ramiro.
-Sí, le contestó la madre, pero es al homenaje que se llevan las flores, las podemos llevar igual…
-Ah! Pero no las va a poder oler… Qué pena!
-No, es verdad… pero igual lo podemos hacer, es simbólico.
-Y qué es simbólico?
-Simbólico es que uno lo puede hacer en memoria de la persona, para recordarla y también lo hace por uno, así son los homenajes, simbólicos…

Y es verdad. Uno cuando lleva flores a un ser querido siente que lo está homenajeando, pero también se da la posibilidad, a sí mismo, de consolar al dolor.

Por eso, vamos seguido a llevar flores a la Iglesia Santa Cruz. Por eso cuando vienen amigos, queridos, de otros lados, quieren llevar flores, con nosotros, a la Iglesia Santa Cruz. Por eso tía Lidia, cada 26, después de dejarle flores a Cristina en la Chacarita, lleva flores a la Iglesia Santa Cruz. Durante muchos años, nosotros nos pasamos buscando, haciendo trámites, denunciando. Durante muchos años no llevamos flores.
O las llevamos al río o a algún lugar, no importa cuál, cualquiera, que nos acercara, de manera simbólica, como Anita le decía a Ramiro, a un espacio entre nuestro ser querido y nosotros.

Y así sucede con la mayoría de los detenidos-desaparecidos que se llevaron de sus casas, de sus trabajos, de los barrios y de las calles de este país. Y con sus familiares. Nunca nos dijeron dónde estaban. De una u otra manera se los sigue buscando. Las Madres, Mary, Azucena y Esther, y también Leonie y Angela, a su modo, volvieron. Se las ingeniaron para volver. No cómo se las llevaron, con vida, como decía aquella consigna que clamaba contundentemente una verdad: con vida los llevaron, con vida los queremos. Pero volvieron, en una hazaña que parecía imposible, pero necesaria, para dar testimonio del horror que el Terrorismo de Estado cometió con sus mejores hijos…

Y sí, los queremos. Y cómo. Amamos su ejemplo de vida, su ética, su compromiso, su sensibilidad, la generosidad de quienes eligieron vivir con dignidad en la búsqueda de una sociedad más justa. Por eso hoy estamos aquí, todos nosotros. Saludando la iniciativa de los vecinos de este barrio, de un barrio al cual ellos, Esther y Raimundo, le abrieron también las puertas de su casa, en Hamburgo y Copenhague, como le abrieron a esta sociedad las puertas de su alma.
Con ellos vivimos este barrio, con ellos vinimos a esta plaza, y con ellos, más importante aún, aprendimos a vivir.

Anita le dijo hace unos días a su mejor amiga: no me gusta diciembre, es un mes triste, era un mes triste hasta que nació Santi, refiriéndose, por supuesto, al hijo de su amiga. Yo quiero decirle a ella que diciembre no es solamente un mes triste, en el que se cumplen 30 años del secuestro de las Madres, de la desaparición de su abuela. Y un año éste, no sólo el mes, en el que se cumplen también treinta años de muchos secuestros y desapariciones ocurridos en 1977. Diciembre es también un mes en el que siempre la iglesia Santa Cruz tuvo expresiones de lucha y de memoria. Y diciembre es también un mes en el que ella nació, y este diciembre, en especial, el mes en el que ella, dentro de tres días, también cumple 30 años.

Habiéndose repuesto a la muerte y la ignominia. Y éste es el año también en el que se cumplen treinta años de las Abuelas y de las Madres. Que también se repusieron del dolor, de la pérdida irreparable.

También ellas se repusieron del secuestro, la muerte y la ignominia Y eso es indestructible. Como lo es el regreso de las Madres. Como lo es hoy aquí este acto. Y como son todas y cada una de las acciones que hacemos, desde distintas expresiones sociales, y vamos a seguir haciendo, en la búsqueda de la Memoria y la Verdad y la Justicia.

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