Portal de Parque Chas: "estamos haciendo historia"
Buenos Aires, Argentina /
Fecha de Publicación:29/07/09 Fuente:Periódico El Barrio

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NUESTRA ARQUITECTURA

Medalla de bronce para Villa Ortúzar

De acuerdo con un sondeo realizado por la Universidad Nacional de la Plata, Villa Ortúzar es -detrás de Colegiales y San Nicolás- uno de los barrios de la Ciudad de Buenos Aires donde mejor se vive. Se trata de un reconocimiento a sus espacios verdes, a sus servicios, a su baja edificación y particularmente a su tranquilidad urbana.




Por Arq. Jorge Luchetti
jluchetti@periodicoelbarrio.com.ar

En infinidad de artículos publicados, incluso al punto de parecer tendenciosos, nos hemos referido a la problemática ambiental de nuestros barrios. En los textos manifestamos la conveniencia de incorporar mayores espacios verdes y combatir los efectos nocivos de la contaminación visual, como también la necesidad de establecer reglas claras para que el aluvión inmobiliario (que a pesar de la crisis sigue en pie) no avasalle ni la fisonomía barrial porteña ni la forma de vida cotidiana. Modestamente, siempre hemos tenido como objetivo abrir los ojos de nuestros vecinos e intentar trasmitir a través de esta columna aquellos caminos alternativos que puedan dar soluciones a los temas barriales cotidianos. Es una forma de que los propios habitantes de la ciudad sean partícipes de esta lucha.

Todo este prólogo es consecuencia de una buena noticia recibida en los últimos meses. Según un sondeo del Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de la Plata, Villa Ortúzar fue seleccionado entre los tres barrios capitalinos donde mejor se vive. Este mérito lo ha logrado principalmente por ser uno de los pocos lugares de la ciudad que mantiene vivo su espíritu urbano, conservando su historia y calles arboladas que inducen al paseo diario. A pesar del incremento edilicio de estos últimos tiempos, en el barrio aún prevalecen las casas bajas. Y son estas virtudes las que a lo largo de estos años hemos estado pregonando desde nuestro periódico, planteando críticas y propuestas para que también Coghlan, Villa Urquiza, Saavedra y Villa Pueyredón puedan estar a la par de Villa Ortúzar.

Es probable que la palabra “barrio” sea la más urbana del dialecto porteño, la que mejor amalgama lo sustancial entre la ciudad y su gente. Porque cuando decimos barrio en Buenos Aires estamos hablando de una pertenencia y de una identidad, de un referente de escala y de forma, de leyendas e historias que se ocultan en algún rincón de la metrópoli. Estos lugares donde vivimos, bastante distintos de Puerto Madero, de la City porteña e incluso del conurbano, hoy tienen como modelo a Villa Ortúzar.

El sur tampoco existe

La tabla de posiciones de la nueva encuesta está encabezada por el barrio de Colegiales, seguido por San Nicolás y Villa Ortúzar. El cuarto lugar lo ocupa nuestro querido barrio de Belgrano. En el final de la lista, peleando los últimos puestos, están Villa Riachuelo, Mataderos y Villa Lugano, confirmando nuevamente que la zona sur sigue siendo la más postergada de Buenos Aires. O sea, nada ha cambiado en estos últimos años a pesar de las constantes promesas políticas, lo que confirma que la avenida Rivadavia sigue marcando esa diferencia tan trascendente entre el norte y el sur porteños.

La investigación, realizada por un grupo de economistas para un informe del Banco Interamericano de Desarrollo, se fundamentó en un ejercicio estadístico en el cual se tomaron como base del análisis la distancia al centro de la ciudad y su accesibilidad y la distancia que deben recorrer los vecinos para encontrarse con plazas, escuelas, avenidas y medios de transportes (ya sean paradas de colectivo, estaciones de tren o de subtes). Otros puntos álgidos del estudio fueron la densidad edilicia de la zona, el incremento en altura de las nuevas edificaciones y la cantidad de metros cuadrados de áreas verdes por habitante. Lo que manifiesta a las claras que no estamos tan equivocados con las críticas que siempre desarrollamos desde estas páginas.

Sosiego dominical

No debe llamarnos la atención que Villa Ortúzar se encuentre entre los mejores barrios de la ciudad, ya que debe ser de los pocos lugares porteños donde la serenidad de sus calles, durante cualquier día de la semana, crea una atmósfera ilusoria de domingo. Esto no es poco en una ciudad donde día a día se amplifica la palabra caos. Por supuesto que la nueva noticia no debe conformar a muchos vecinos, que a ciencia cierta deben tener un largo listado de reclamos sobre las distintas dificultades que se viven en el barrio. Tampoco podemos ser tan ingenuos y pensar que Villa Ortúzar es el paraíso. Como en cualquier rincón de la ciudad, el aumento paulatino de la polución, el ruido, los problemas de estacionamiento, las construcciones en altura y la falta de higiene en veredas y calles (algo no muy distinto a lo que sucede en otros barrios) siguen siendo los verdaderos problemas.

De todas formas, lo que aquí se valora es que estos temas tan conflictivos que abundan en Buenos Aires son básicamente inferiores en Villa Ortúzar que en otras partes de la ciudad, como por ejemplo los ya mencionados barrios de la zona sur. Es indudable que si no se desarrollan programas de protección barrial que frenen las dificultades ya conocidas el futuro de Villa Ortúzar será tan dudoso como hoy lo es el de sus barrios vecinos. Lo preocupante es que de no actuar en forma inmediata se puede llegar a perder este bien tan preciado que llamamos calidad de vida.

Cada vez son menos las dudas sobre los perjuicios que acarrean las abusivas torres y todo lo que ya hartamente hemos enumerado a lo largo de estos años. Pero habrá que seguir batallando por una política urbana de largo plazo (mínimo veinte años), que pueda modernizarse pero que no cambie de rumbo ante cada nueva gestión de gobierno. Si bien hoy Buenos Aires continúa a la deriva y las promesas de gobierno siguen incumplidas, estos nuevos estudios abren un camino de esperanza debido a que hay quienes se preocupan por temas como la calidad de vida en la metrópoli.

En Fervor de Buenos Aires, Jorge Luis Borges nos dice: “Mi patria -Buenos Aires- no es el dilatado mito geográfico que esas dos palabras señalan; es mi casa, los barrios amigables, y justamente con esas calles y retiros, que son querida devoción de mi tiempo, lo que en ellas supe de amor, de penas y de deudas”.





 


 








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