Portal de Parque Chas: "estamos haciendo historia"
Buenos Aires, Argentina /
Fecha de Publicación:01/07/10  

Funciones de la nota


COGHLAN

Con demora, se inauguró la nueva Guardia del Pirovano

Con la presencia del jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y del ministro de Salud Jorge Lemus, se dio por culminada una obra que parecía interminable. Ahora el nosocomio cuenta con una sala de guardia en condiciones impecables. Los vecinos de Coghlan tuvieron que esperar cinco años, pero finalmente valió la pena.

Por Santiago Arguto
sarguto@periodicoelbarrio.com.ar

Parece un hotel cinco estrellas”, dijo el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, cuando se encontró ante las instalaciones de la nueva sala de guardia del Hospital General de Agudos Ignacio Pirovano. Y no era para menos, ya que cuenta con una recepción, una sala de espera, nueve consultorios externos, una sala de radiología, dos quirófanos, dos salas de recuperación post-quirúrgica, tres camas de shock room y cinco de internación y observación, todo equipado con tecnología de última generación. Tiene una superficie de 1.150 metros cuadrados y se ubica en la entrada del hospital, cerca de la esquina de Monroe y Melián.

Apenas pasadas las once de la mañana del 18 de mayo, a una semana del Bicentenario de la República Argentina, Macri llegó al barrio de Coghlan para hacer una recorrida por las nuevas instalaciones. Lo hizo junto al ministro de Salud porteño Jorge Lemus, la jefa de la Región Sanitaria IV Ana Aramburu y otras autoridades. “Es otro paso adelante para avanzar hacia la recuperación del sistema de salud pública y garantizar prestaciones de calidad”, dijo Macri. Es que el Hospital Pirovano atiende un área programática de casi 500.000 personas, principalmente de los barrios de Coghlan, Saavedra, Belgrano, Núñez, Villa Pueyrredon, Palermo, Villa Urquiza, Villa Ortúzar, Colegiales y parte de la zona norte del conurbano bonaerense. La guardia vieja solía atender cerca de 500 consultas diarias sin las comodidades requeridas.

En el acto de inauguración, que contó con la presencia de muchos vecinos (incluso de aquellos que hicieron las protestas para que la guardia se inaugurara), periodistas y distintas autoridades políticas y sanitarias, hablaron Macri, Lemus y un cura. “Cuando se trabaja con lógica, con inteligencia y con austeridad se pueden hacer aportes muy importantes al servicio de la comunidad y esta sala de guardia que hoy estamos inaugurando es la mejor prueba de ello. Trabajando con el mismo empeño vamos a seguir avanzando en la modernización de todo el equipamiento hospitalario para que cada día podamos brindar más excelencia en la atención”, dijo el jefe de Gobierno.

Por su parte, Lemus declaró: “En estos dos años, a pesar de todos los inconvenientes y de que las necesidades son inmensas, hemos hecho en materia de infraestructura y equipamiento hospitalario mucho más de lo que se hizo en los últimos cinco. Este será un servicio modelo, que suma excelencia al sistema médico de emergencias de la ciudad, que es uno de los mejores del mundo por su logística y por su capacidad de resolución. Y vamos a seguir trabajando para reforzarlo, porque este sistema es un orgullo para la ciudad y una garantía de estándar de calidad para sus habitantes”. Al mismo tiempo, el ministro explicaba que esta obra formaba parte del megaplan que la ciudad puso en marcha para restaurar la infraestructura de los hospitales públicos.

Promesas incumplidas

A pesar de que la nueva guardia se encuentra en óptimas condiciones y equipada con una tecnología de primer nivel, también es cierto que se tardó demasiado en dejarla lista. Lo peor de todo fueron las sucesivas promesas de inauguración por parte de los políticos de turno. “Para diciembre está previsto terminar la obra. Falta sólo el mobiliario, se está haciendo la licitación. Se van a incorporar enfermeros, médicos y administradores. Hubo muchas demoras por la Gripe A y también por problemas de financiamiento”, aseguró a El Barrio un importante funcionario del Ministerio de Salud en noviembre del año pasado.

En enero del año pasado, en oportunidad de una visita oficial al nosocomio de Monroe 3555, Mauricio Macri aseguró su puesta en funcionamiento para marzo de ese año y manifestó su “compromiso con un sistema de salud público, gratuito y de calidad”. También destacó que a partir de esa fecha “uno de los centros de asistencia médica más importantes de la ciudad podrá disponer de una excelente infraestructura para mejorar su nivel de receptividad frente a las emergencias”. El jefe comunal advirtió que esas situaciones no podían seguir pasando en la Argentina, “porque cuando se prometen cosas que nunca se terminan lo único que se consigue es destruir la confianza de la gente”. Dijo también que “las obras hay que planificarlas y ejecutarlas en tiempo y forma, para que los vecinos tengan la seguridad y la confianza de que los recursos públicos se usan con fines específicos al servicio de la comunidad”. Casi un año más tarde, sus palabras quedarían vacías de sentido.

A raíz de las demoras, un grupo de vecinos de la zona de Coghlan, Villa Urquiza y Belgrano se organizó para reclamar por la inauguración de la nueva guardia. La última de las protestas fue realizada dos semanas antes del corte de cintas. Hay que destacar que las manifestaciones nunca fueron violentas y que muchos de esos vecinos estuvieron presentes en la inauguración y se sintieron agradecidos con la obra, a pesar de que no se cumplió con los tiempos pactados en un principio (seis meses).

Los manifestantes pertenecían en su mayoría a la Asamblea de Coghlan y del Consejo Consultivo de la Comuna 12, conformado por Vecinos por el 25 de Mayo, Asociación Civil por la Estación Coghlan, Vecinos de Saavedra por la Ecología y Asociación Civil Luis María Drago, entre otras agrupaciones de la zona. En la última protesta también estuvo presente Jorge Selser, médico y diputado de la Ciudad de Buenos Aires por Proyecto Sur, quien además preside la Comisión de Salud de la Legislatura porteña. En las manifestaciones muchos de los vecinos concurrían disfrazados de heridos y mostraban distintas pancartas en medio de la calle, mientras el semáforo en rojo detenía a los autos que circulaban por la avenida Monroe. Los vecinos presentaron denuncias al Ministerio de Salud, a la Comisión de Salud de la Legislatura y a la Defensoría del Pueblo cuando los trabajos estuvieron paralizados. Hubo un momento en que los equipamientos estaban comprados y la obra civil se encontraba prácticamente terminada, pero faltaba instalar los equipamientos y contratar a los profesionales.

Se cuestionaba también el mal uso de los fondos públicos. “Queremos que se termine la guardia de una buena vez y que se nombre al personal, porque la actual es obsoleta. Es una picardía que los recursos se destinen a la Policía Metropolitana en vez de a Salud o a Educación”, decía Néstor Raffo, del Consejo Consultivo de la Comuna 12 en noviembre del año pasado. Otros cuestionaban la falta de participación por parte del personal del Hospital Pirovano. En cada protesta Patricia Frankel, de la Asamblea de Coghlan, se encargaba de juntar firmas para que la guardia se inaugurara cuanto antes.

Los vecinos se hicieron escuchar y, sin violencia, lograron su objetivo. Para bien de ellos y de todos los ciudadanos que necesiten atenderse en el Hospital Pirovano.

Fuente: Periódico El Barrio.



 


 








2000-2010© Registro de la Propiedad Intelectual Nº Exp. 295108
Todos los derechos reservados-diseño y webmaster: F B