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Buenos Aires, Argentina /
Fecha de Publicación:24/07/09  

Funciones de la nota


COMPRAS DE TICS SOSPECHADAS

Pizarrones negros

Las elecciones nacionales, "Gran cuñado", la gripe porcina, distrajeron la atención para pensar en algunas cuestiones que deben interesarnos y mucho, al menos, en la Ciudad de Buenos Aires.



A nadie en su sano juicio se le ocurriría pensar que incluir tecnología en Escuelas puede ser un gasto inútil. Desde hace ya varios años el equipo de Dosis de Innovación se dedica incansablemente a promover el uso de las TIC en Espacios Educativos, ya sea con fines pedagógicos o administrativos.

Pero usar TIC en las escuelas no significa comer carne podrida ni abrir espacio a negociados oscuros y eso es precisamente lo que sucede en la Ciudad de Buenos Aires.

Es fácil confundirse cuando se trata de relacionar la gestión estatal con la empresarial. No toda vinculación es sospechosa, pero existen límites claros. Resultaría casi obvio decir que los límites están vinculados con los principios, la ética y la responsabilidad que se adquiere al ser funcionario público.

Todas las empresas tienen interés en vender su producto. Un buen funcionario público sabe cuáles son las reglas de juego y comprende que los mecanismos y burocracias instaladas para los procesos de licitación y compras son el precio que se paga (y bien pagado está!) por la transparencia.

Esta nota tiene dos posibles lecturas:

- El valor de las pizarras interactivas para la mejora de la enseñanza
- El rol de Estado en la provisión de tecnología

Siguiendo el clásico estilo de libros de aventura de la serie “Elige tu propia aventura”, lo invitamos a seguir el recorrido que más le interese.

¿Qué le puede aportar una pizarra interactiva al día a día de la escuela?

El pizarrón es claramente la herramienta central del trabajo docente.En este sentido, toda mejora que pueda pensarse acerca de este recurso claramente aporta en un sentido positivo. Sin embargo, cuando de inversión se trata la adquisición de recursos debe analizarse a la luz de la relación costo-beneficio centrada en la mejora pedagógica que podría implicar.

Es innegable el valor de una buena explicación sustentada en la anotación de conceptos en el pizarrón. En todo caso el debate se suscita cuando se piensa qué peso la exposición tiene en la totalidad de la clase. De más está decir que los aportes de la concepción constructivista del aprendizaje y la enseñanza hablan de la relevancia de enfatizar los procesos comprensivos individuales y grupales, producidos a través de la generación de problemas que logren accionar conflictos de conocimiento.

¿En esta concepción puede considerarse una opción interesante estar asistiendo a una exposición con pizarra interactiva? En términos del interés que genera en los estudiantes, es posible que sea un aporte. Sin embargo, si sólo se trata de que el docente expone con ella difícilmente aporte demasiado.

¿En qué casos sí puede sumar valor la pizarra interactiva? Cuando se encuentra conectada a una red de computadoras en las que los alumnos están trabajando y sobre la que ellos pueden plantear problemas, interrogantes, demostrar cuestiones a sus pares compartiendo “pantalla”, dar cuenta de los procedimientos que utilizan para compartirlos con otros, etc.

Claro está entonces que la pizarra por sí sola no aporta gran cosa, salvo que esté articulada con esta red que mencionamos. Esa red puede estar compuesta por:

         - Computadoras de escritorio en red que estén dentro del aula (modelo “Aulas en Red”) o dentro de un
           laboratorio, a las que los alumnos puedan acceder en grupo o individualmente.



Lo sustantivo de este dispositivo de trabajo es que pueda llevarse adelante trabajo colaborativo con TICs. Si la pizarra contribuye a las demostraciones de los pensamientos, las estrategias de aprendizaje, las interacciones que los alumnos de un grupo realizan, etc. bienvenidas sean. Ahora, si solo van a usarse para “embellecer” con presentaciones las exposiciones, será un gasto altísimo y poco útil.

De más está decir que sin la interacción con las computadoras desde las que los chicos pueden acceder a formas reales de colaboración, las pizarras interactivas sólo refuerzan el modelo tradicional de la clase expositiva.

Más criticable aún resulta la versión de pizarras que viene provistas con “contenidos precargados”. En este tipo de configuraciones el software se vende (y cobra) aparte y equivale a tener un “mal manual” de contenidos curriculares estandarizados para exponer, que sólo hacen del docente un repetidor de lo que dice en el pizarrón (¿algo del paradigma tecnocrático acaso?).

Entonces, ¿vale la pena invertir semejante capital en las escuelas o es mejor utilizar esos fondos para comprar computadoras? Aquí se abre otra cuestión que remite a los tipos de pizarras y sus funcionalidades.

¿Todas las pizarras interactivas ofrecen lo mismo?

En líneas generales, hoy existen dos tipos de dispositivos:

A) Los que se adquieren con la pizarra misma, que implica la necesidad de contar con cada una de ellas en un aula o bien trasladarla cada vez que se usa, estilo “Smart board”

B) Los dispositivos “móviles” como la e-Beam

Cuando uno piensa en escuelas reales concluye en que resulta más efectiva una inversión en un dispositivo móvil que pueda usarse sobre pizarras de fibra o incluso sobra la propia pared.
Si hablamos de costos estimados:

Smart Board cuesta aproximadamente entre $4500 y $6000 (no hay precio oficial en la web para Argentina), lo que daría entre U$1200 y U$ 1600
e-Beam cuesta U$ 899 + IVA

En ambos casos es necesario contar con una cañón de proyección y una computadora, lo que debe considerarse dentro de los costos de inversión. También hay que considerar la necesidad de que la computadora sea tipo notebook para facilitar el traslado.

Si comparamos estas dos pizarras, puede concluirse fácilmente en las ventajas de pagar menos por la que ofrece mayor funcionalidad y posibilidad de utilización en múltiples espacios del aula. Si además pensamos que en aulas pequeñas no se requiere de espacio para un pizarrón extra, la conclusión es casi obvia.

A pesar de estas variables, que deberían haber sido estudiadas oportunamente por los expertos de Tecnología del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, la cartera del Ministro Mariano Narodowski optó comprar Smart Board. ¿Por qué?

¿Cómo elige el Estado y adquiere la tecnología para las escuelas?

Si pensamos en la adquisición de una gran cantidad de pizarras, que oscilan en los cotos anteriormente mencionados, entendemos rápidamente que el mecanismo de compra que debería aplicar es el de Licitación Pública. Aunque nadie niega la demasiado extensa burocratización del procedimiento y que muchas veces conduce a fallas por errores en el armado de los pliegos, ése es el mecanismo adecuado para estos casos.

¿Cómo adquirió el Ministerio de la Ciudad de Buenos Aires las pizarras?

Dado que los llamados a Licitación Pública, como su nombre lo índica, son de acceso público para los ciudadanos, se ha creado hace algún tiempo un portal adonde se publican todos los boletines oficiales. A este portal se accede libremente desde el siguiente enlace. Invitamos a todo el que quiera hacer el intento, buscar en ese portal cualquier indicio de esta compra. Simplemente no encontrarán NADA.

Ahora bien, a pesar de este esfuerzo por ver los mecanismos para transparentar las compras que no transparentan mucho (dado que este es y ha sido un slogan de campaña), no termina de quedar claro por qué la empresa New Tech Solutions con la que el Profesor Hugo Castellano (Director de INTEC) tiene desde hace años vínculos comerciales, es la que brinda el soporte técnico. ¿Puede un funcionario público contratar los servicios de una empresa con la que mantiene vinculaciones comerciales?

El Profesor Hugo Castellano pertenece desde hace muchos años al pool de empresas de Educaria: www.educaria.com

Nueva Alejandría, empresa del Profesor Castellano

Su socio y Asistente de Dirección, Daniel Magaldi, también funcionario del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, que secunda a Castellano en el proyecto INTEC, tiene sus trabajos “extra” con: www.newtechsolutions.com.ar que casualmente comercializa Smart Board!:

Si vemos este post sobre las pizarras que han sido “donadas” a la Escuela de Capacitación CePA por Educaria, entendemos rápidamente las relaciones entre estas empresas y la gestión actual.

Resaltamos este párrafo: “Además, desde Educaria están en un proceso de donación de pizarras para el CePA, la escuela de capacitación docente del Gobierno de la Ciudad, para que las utilicen y puedan formar a los docentes en su uso.”

El primero te lo regalan, el segundo …

Pueden los funcionarios a cargo de un área de gobierno vincular las empresas a las que pertenecieron (¿o pertenecen?) en procesos de donaciones y ventas al gobierno para el cual trabajan? Obviamente es una pregunta retórica: ni la legalidad ni la ética pueden avalar estos procedimientos.

Hasta ahora se cuestionaba la política de arrasar y destruir lo hecho, pero esa política se agrava a la luz de las inversiones en compras que están claramente sospechadas de favorecer los intereses particulares de los funcionarios a cargo. Con toda esta información, creo que estos funcionarios al menos nos deberían algunas explicaciones a los Ciudadanos, más aún a los que somos docentes y recibimos “los nuevos juguetes” que compra la gestión.






Fuente: Dosis de Innovación






 


 








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