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Buenos Aires, Argentina /
Fecha de Publicación:24/04/06 Redacción ParqueChasWeb

LA CIUDAD

Proponen modificar el Código Urbano para radicar fábricas


El 5 de abril pasado se realizó una Audiencia Pública para debatir el proyecto “Buenos Aires Ciudad Productiva” que propone la modificación del Código de Planemiento Urbano para facilitar la radicación de fábricas en la Capital Federal. La iniciativa despertó preocupación de especialistas en urbanismo.


La audiencia contó con 103 oradores para exponer sus fundamentos entre los que se encontraban: Israel Mahler -ex presidente de la UIA y actualmente vicepresidente del Consejo de Planeamiento Estratégico de la Ciudad- como miembro del Centro Argentino de Ingenieros, entidad iniciadora del Proyecto, Carlos Fort, dueño de FELFORT y Presidente de CIPA, Cámara de Industriales de Productos Alimenticios, como así también Secretarios Generales nacionales de Gremios Industriales de la Confederación Nacional de Gremios Industriales.

El Ministro de Medio Ambiente Marcelo Vensentini, y el de Producción, Enrique Rodríguez enfatizaron la necesidad de estimular la creación de trabajo a través del sector productivo, de revisar y actualizar los criterios de control de impacto ambiental de las industrias, y de habilitar nuevos centros de reciclado dentro de la Ciudad.

Vensentini, manifestó la importancia de esta reforma del Código de Planeamiento Urbano, que “representa la oportunidad para generar el desarrollo sustentable de la Ciudad, apoyado en acciones, por parte del Estado, que promuevan inversiones productivas y a su vez que incentiven el cuidado del medio ambiente”.

Esta iniciativa generó polémica, ya que las modificaciones al Código de Planeamiento Urbano autorizarían el funcionamiento de fábricas en los predios catalogados como Urbanización Parque (UP), de talleres de chapa y pintura en las Areas de Protección Histórica (APH) , y por vía interpretativa, de hipermercados que fabriquen alimentos en zonas residenciales de baja densidad poblacional.

Los urbanistas advirtieron sobre las consecuencias adversas que pueden producir estos cambios, debido a que la ley con las modificaciones descriptas ya ha sido aprobada por la Legislatura en primera lectura, y si después de la Audiencia Pública es votada en segunda instancia, en poco tiempo entrará en vigencia.

En una columna de opinión publicada en el Diario Clarín, Enrique García Espil, Presidente de la Comisión Urbanismo y Ambiente, del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo, opinó que : "Movidos por la loable intención de impulsar la producción, el empleo y el desarrollo económico, habremos caído en el exceso de legislar permitiendo usos industriales y afines en áreas tales como las urbanizaciones parque, las áreas de urbanización futura, las de protección histórica y los barrios residenciales".

El urbanista agregó además que "hace más de veinticinco años que muchos ciudadanos venimos bregando para que Buenos Aires se consolide como una ciudad productiva, con industria moderna y competitiva para poder garantizar no sólo el trabajo sino también la calidad de vida de su población. De ninguna manera debe entenderse que la forma de lograrlo sea legislar para organizar las actividades residenciales, educativas o recreativas y dejar fuera de toda norma la producción.

Parece innecesario aclarar que la industria requiere, igual que todas las demás actividades, una legislación inteligente, adecuada a la diversidad de situaciones que existen en la Ciudad y exenta de prejuicios en su contra.
Treinta años atrás el Código de Planeamiento eliminaba la industria de gran parte de la Ciudad. Ahora, pasando al otro extremo, pretendemos autorizarlas hasta dentro de los parques públicos. Es de esperar que prime la razón".

ParqueChasWeb, por su parte, entrevistó a Sergio Kiernan, columnista del suplemento M2 del diario Página/12, para conocer su opinión sobre el proyecto “Buenos Aires Ciudad Productiva” impulsado por el Gobierno porteño.

Kiernan manifestó que "la iniciativa de permitir más fábricas en la ciudad no es ni buena ni mala: es inútil.

Los políticos tienden a creer que pueden manejar la realidad con sus iniciativas o con sus bloqueos, pero hay fuerzas indominables. Buenos Aires no es menos industrial hoy porque en 1977 los militares ordenaran que no se instalen nuevas fábricas sino porque la ciudad está cada vez más funcionando como un valioso centro residencial, de servicios y entretenimiento para esa mega ciudad que es el Gran Buenos Aires. Pensar en la General Paz para adentro como un ente aislado es como ordenarle al río que ya no tenga sudestadas: un absurdo.

El Gran Buenos Aires sigue tan industrial como siempre y es lógico y natural que las fábricas se muden ahí. Los terrenos son más baratos, los obreros viven ahí, las exigencias en una provincia tan mal gobernada son mucho más bajas que en la ciudad y hasta las coimas son más fáciles y baratas. Todo esto compensa la absurda y abusiva estructura impositiva bonaerense, que presenta joyitas como tasar las luz con un 100 por ciento de recargo.

La ciudad no tiene para empezar a competir con esto. Los industriales lo saben y hablan de instalaciones que son "fábricas" sólo en nombre: imprentas, elaboraciones de helados. La movida les interesa porque cada vez que el Estado en cualquiera de sus niveles intenta "fomentar" algo, aparecen subsidios. Ya se habla de cuarenta millones que aportaría el Banco Ciudad, tan maltratado él.

Será plata tirada. Y el que piense que el estado porteño ganará dinero impositivo por la radicación de empresas debería rehacer las cuentas: se gana mucho más con la valorización de barrios medio muertos que se ponen de moda. Por ejemplo, Palermo Viejo, que hasta hace pocos años era un reino de conventillos y bohemios, y hoy es valiosísimo. Basta aprender a cobrar el ABL y otras tasas como se debe.

Lo que aquí sucede es que la Ciudad tiene una secretaría --perdón, ahora es ministerio-- de Industria y su titular tiene que mostrar que está para algo. Los barrios residenciales, aunque se perdiera toda protección del código, no deben temer una invasión de chimeneas simplemente porque su valor de mercado es excesivo para las imprentas o heladerías. Todo esto es para permitir que en el mejor de los casos la zona industrial de siempre, el lado sur, reabra y reactive sus galpones vacíos. Y ni eso deberá durar demasiado, porque la expansión inmobiliaria ya está cruzando al sur de Constitución-Barracas".



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