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Buenos Aires, Argentina /
Fecha de Publicación:10/12/08 Redacción ParqueChasWeb

Funciones de la nota


ENTREVISTA A ALBERTO SAVA

"El proyecto de Macri es un Plan de Salud trampa"

El director del Frente de Artistas del Borda (F.A.B.) descree que al jefe de Gobierno le interese el tema de la salud mental, porque detrás se esconde un proyecto inmobiliario.




Por Lorena Inés Santa Cruz
lorenaisantacruz@hotmail.com


Alberto Sava es Psicólogo Social, Mimo Contemporáneo y Director del Frente de Artistas del Borda. Su oficina en planta baja tiene las características propias de un artista. Carteles que penden de las paredes, reproducciones de los cuadros de Van Gohg, afiches publicitarios de las participaciones de los artistas del Frente en recitales. Un cuidado desorden impera en el escritorio de Alberto. Su oficina tiene las puertas abiertas, tal es así que mientras responde a las preguntas entran talleristas, se sientan, escuchan, se fuman un cigarrillo. Alberto es cálido y parsimonioso para hablar.


- Me gustaría que me cuente un poco acerca de los comienzos del Frente de Artistas del Borda.


- El Frente de Artistas del Borda nace en 1984 en el marco de un proyecto mayor que es la desmaniacomilización. Esa ola desmaniacomilizadora nace en Italia, en Trieste, en la década del setenta. El director del Hospital Giangovanni en Trieste, el Doctor Franco Basaglia va cerrando paulatinamente el manicomio y desde el Estado, eso que quede claro, desde el Estado y no desde la función privada, desde el Estado arma un dispositivo que suplanta al manicomio. Ese dispositivo que no tiene una mirada únicamente médica como puede tener el manicomio, si no que tiene una mirada socio-comunitaria, que está basado en que los pacientes vivan con sus familias, si la familia los puede contener, en ese caso, si no es posible, vivan en departamentos de dos o tres personas, no más. Ellos consideran que las casas de medio camino de muchas personas se convierten en pequeños manicomios. Que el tratamiento sea ambulatorio, que los pacientes vayan donde están los profesionales, o los profesionales y técnicos vayan dónde viven las personas. Que las internaciones sean muy cortas, el promedio -yo estuve en Trieste hace dos años-, es de doce días.

Hay todo un sistema de atención con respecto a lo laboral, si el paciente que estaba internado tuvo en algún momento un trabajo se trata de que se reincorpore, si no se crean cooperativas de trabajo y en general esas cooperativas sueles ser mixtas, o el paciente –o como ellos lo llaman el usuario- están garantizados los afectos, la vivienda, el trabajo y el estudio, en casos que sea de interés para el paciente. Bueno eso es positivo. Esa idea repicó o replicó en muchos lugares del mundo incluso acá en la Argentina.

Ya en el gobierno democrático, el gobierno de Alfonsín desde la Dirección Nacional de Salud Mental que el Director era un Psicólogo, Vicente Gali, con el asesoramiento de los italianos y con el asesoramiento de Mauricio Gondelberg que era un Psiquiatra que había hecho antes de la Dictadura un proyecto desmaniacomilizador en el Policlínico de Lanús, donde había muchos elementos parecidos a Italia, se intentó llevar a cabo en tres lugares esa propuesta desmaniacomilizadora. Una fue en Río Negro, otra fue en Córdoba y otra fue en el Hospital Borda. La única que se concretó fue en Río Negro. Coincidía en estos tres lugares que también eran gobiernos radicales, tanto en Río Negro, como en Córdoba, como en Buenos Aires, los intendentes o gobernadores eran radicales, por tanto había un apoyo político en ese sentido, una decisión política. Generalmente los proyectos desmaniacomilizadores cuentan con el apoyo de la superestructura política. En Río Negro se cierra el único manicomio que había, que era en Allen y se convierte en un Hospital General.

La idea es que cuando uno habla de un proyecto desmaniacomizador no es que se cierra el hospital, lo que se cierre es el contenido de ese hospital, que es el manicomio, en general lo que se hace es reconvertir ese edificio en un hospital general, en Río Negro sucedió eso, en San Luis también, en Italia no se convirtió en un hospital general sino en distintos sectores de la comunidad oficial, o sea, una parte es una universidad, otra parte es una escuela, otra parte es un pequeño centro de salud mental, otro es una cooperativa de trabajo. Estos edificios pasaron a manos del Estado con otra función, bueno, esa idea que se trato de hacer acá en Argentina. En Río Negro y en Córdoba no funcionó y en el Borda tampoco.

Pero en ese intento de hacer funcionar el proyecto de desmaniacomilización quedaron ancladas algunas experiencias como el caso del Frente de Artistas del Borda. El Frente de Artistas del Borda, cuando se intenta acá en el Borda hacer, se invita a una cantidad de personas que se incorporan a ese proyecto, no sólo Psiquiatras y Psicólogos, sino Terapistas Ocupacionales, Psicólogos Sociales, enfermeros. Y me invitan a mí, que yo venía del campo del Teatro, yo estaba haciendo Teatro callejero, Teatro participativo. La persona que me invita a mí a trabajar, es José Grandinetti, un Psicoanalista, que él supervisaba con otro compañero más, mis trabajos de teatro participativo, entonces él veía que esta técnica del teatro participativo podía servir a ese proyecto desmaniacomilizador, él siempre me decía que de alguna manera yo había sacado el teatro a la calle vení ahora está la posibilidad de sacar a los locos a la calle.

Bueno, dentro de ese contexto y dentro de esa apoyatura ideológica, política, yo veía en ese transitar por el Hospital a una cantidad de pacientes que hacían buenas cosas artísticamente, en una ronda de mates, en los grafittis en las paredes, las poesías que te vendían en los pasillos y me propongo junto con Mónica Redondo, una Psicoanalista, y una estudiante de Psicología en ese momento, Rosana Dángelo, crear un grupo de artistas.

La idea de hacer arte en un manicomio es tan vieja casi como el propio manicomio, pero siempre se hizo con un criterio de arte-terapia, se usaban las técnicas artísticas para que el médico o el psicólogo pudieran intervenir en la dirección de la cura. Por ejemplo, si se hacía una obra de teatro, el paciente hacía del padre, entonces eso lo remitía a la historia personal con el padre, y eso era arte-terapia. La idea nuestra no, la idea nuestra era hacer arte, cuando decimos arte, un proceso creador con la formación artística, con la experimentación artística, llegar a una producción, o sea, conceptos y prácticas que llevan a una producción y que esa producción se deba mostrar en el afuera, como hace cualquier artista. Desde esa óptica veíamos que se podían producir efectos desmaniacomilizadores. Uno es en lo personal, o sea, el manicomio en general lo que hace es como destruir las capacidades que tenemos como seres humanos.

La persona cuanto más tiempo internada va perdiendo la capacidad de pensar, de sentir, de hacer, de crear, entonces se convierte, mas que en un sujeto; Pichón Reviere decía que una persona es tal en la medida que tenga estas posibilidades de pensar, sentir y hacer, y acá no, te bombardean permanentemente, entonces se va convirtiendo en objeto. Muchos pacientes dicen, somos un ladrillo más del hospital.

El arte lo que hace es reconvertir esa posición de muerte a una posición más de vida, tratando de que vuelva a tener pasión, que pueda a tener deseo, que pueda a tener voluntad, que pueda tener ganas de sociabilizarce, tener contacto con otros, entrar en un colectivo de trabajo, en un proceso creador de lograr que puede pensar, hacer y crear algo y que si llega esa producción se anime a mostrarla en el afuera. Entonces, todo eso es recuperarse como persona, ese es el primer efecto que produce. Después, el segundo efecto que produce sería en lo institucional, en general el manicomio es una institución cerrada total, totalitaria, donde sobre todo en aquella época no se reflejaba nada lo que pasaba acá adentro, afuera. Entonces en el momento en que el Frente de Artistas sale demuestra su producción, y no solo sale la producción sino que sale la persona encerrada, esa voz acallada en el hospital que empieza a hablar de lo que le pasa acá adentro y generalmente replica en los medios y cuando replica en los medios, replica acá adentro y genera todo un movimiento nuevo a favor de los cambios de aquellas personas que están a favor del cambio o aquellas personas que están en el status quo de la institución.

Y el tercer y último efecto que produce el arte es en lo social, en el imaginario colectivo de la gente, lo que pensaba cada uno de nosotros que vivimos afuera con respecto al manicomio es una imagen siniestra, no hay peor imagen creo, creo que es peor que la cárcel, entonces se sale, se muestra, se demuestra que los que están arriba del escenario, en una pared, en una proyección son personas capaces, no son peligrosas, que en un contexto distinto pueden llegar a producir algo digno para él y para los demás por lo tanto que no merecen vivir en las condiciones que vive en un manicomio. Eso sería un poco el momento introductorio.

¿Y por qué el nombre de “Frente de Artistas del Borda”?

- Bueno, Frente de Artistas como se barajó la posibilidad de hacer este emprendimiento, este trabajo se hizo una convocatoria en el hospital, en el teatro, acá hay un teatro está en el cuarto piso, casi cuatrocientas butacas con platea y pullman se usa muy poco, se convocó unas cincuenta personas, pacientes todos internados que veíamos en ese primer trabajo de campo que tenían ciertas cualidades artísticas. Entonces en el momento de plantearles este proyecto que yo te planteaba antes surgió, bueno, ¿cómo nos vamos a llamar? teníamos que darnos un nombre. Y ahí se tiraron muchos nombres, “los colifatos del arte”, “los pirados del arte” “los artistas del manicomio”. Al final quedó el nombre del Frente, un poco al decir de par compañeros internados y en ese momento todo lo que era frente en esa coyuntura política estaba en boca de todos.

Los frentes estudiantiles, los frentes políticos, los frentes sindicales, frentes artísticos. El frente, además decía un compañero, como vamos a hacer varios talleres y vamos a ir a enfrentar esta realidad para cambiarla, para transformarla sería bueno usar el nombre Frente y él también dijo, bueno y además no queremos ser un frente de pacientes psiquiátricos, queremos ser un frente de artistas, queremos ser artistas no locos, demostrar que podemos ser artistas. La cuestión más conflictiva fue la utilización de la palabra Borda, porque decían, no si salimos y nos mostramos como frente de artistas la gente no va a saber si somos locos o no, si ponemos la palabra Borda.

Y ahí empezó un debate y una discusión con la conclusión de asumir que vamos a ser nosotros agentes de cambio, vamos a ser militantes de un cambio y por lo tanto tenemos que llamarnos como tales para cambiar ese rótulo que tenemos, si no nos llamamos del Borda, va a ser imposible que lo cambiemos. Y eso se aprobó, esa consigna y quedó Frente de Artistas del Borda.

Como una especie de grito, somos gente que va a enfrentar una realidad para cambiarla pero además somos artistas y vamos a desmitificar la palabra Borda, o palabra manicomio, que el Borda es como símbolo del manicomio. Esa fue la idea.

- Con respecto a la desmaniacomilización, teniendo en cuenta la Ley 448 y los anuncios con respecto al posible cierre de los hospitales psiquiátricos, ¿cual es la postura del Frente de Artistas?

- Con respecto a la Ley 448 nosotros opinamos que es una ley positiva. Si bien, yo no la llamaría estrictamente de desmaniacomilización. Tampoco se la llama así es una Ley de Salud Mental. Tiene algunos puntos progresivos. Nosotros, en el Taller de desmaniacomilización que es generalmente donde leemos esa Ley estamos de acuerdo con algunos puntos, con otros no. Porque todavía, por ejemplo la ley italiana prohibe la creación del manicomio, esta ley si bien habla de una desinstutucionalización y en un momento prohibe la existencia de los manicomios. También hace alusión a la existencia de las clínicas privadas, con lo cual nosotros estamos en desacuerdo. Fue una ley que en su momento si no nos salía, en ese sentido yo puedo entenderlo...pero me parece que habría que mejorarla, que diga así con todas las letras que los manicomios no deben existir como la de Río Negro y la de Italia y la de San Luis también, y que tampoco la clínicas privadas deban existir. Después los otros aspectos son interesantes.

Lo de Macri nosotros llamamos, un plan de salud mental trampa. No creo que a él le interese el tema de la salud mental. Detrás de esto hay un interés económico, inmobiliario, en principio. Que no es nuevo, ya arrastra de la época de De la Rúa cuando era Intendente de la Ciudad de Buenos Aires, la familia Macri integraba una empresa mixta, una corporación del Sur que se le llama, la corporación Buenos Aires del Sur, donde empresas del Estado y empresas privadas conformaban esta corporación; que habían decretado a zona bacantes a varios espacios, entre ellos la cárcel de Caseros, el Muñiz, la estación Buenos Aires, y una serie de hospitales públicos o semi- públicos con la idea de erradicarlos y construir un polo inmobiliario de esas torres tipo Puerto Madero.

En la Intendencia de Ibarra, saca un decreto que excluye de esas zonas vacantes a los hospitales. Y ahora, siendo él Jefe de Gobierno retoma eso, y como no es tonto, retoma esa cuestión que hay del imaginario colectivo que hay con respecto a la desmaniacomilización y propone un nuevo plan de salud mental, que no sólo deja la destrucción de estos lugares, sino la construcción de otros diez hospitales psiquiátricos más chicos con tecnologías de punta, cámaras que sigan a los pacientes, vidrios polarizados. Que sean diez manicomios aggiornados, pero siguen siendo manicomios.

Quiere construir diecisiete casas de medio camino, que está demostrado, no lo decimos nosotros, lo dice la Organización Mundial de la Salud en Caracas en el año noventa que las casas de medio camino no tienen razón de ser. Es un plan trampa, detrás de eso hay intereses espurios, económicos. Y después la fue cambiando en vez de hacer torres, quiere hacer el Centro Cívico, va variando depende la reacción que haya al respecto.

No aprobamos tampoco las actitudes que tienen los gremios que ellos salen a defender el hospital público, pero en realidad salen a defender al manicomio. O sea, no hacen una diferencia entre el manicomio y el hospital público. Nosotros decimos: sí al hospital público, pero no a la defensa del manicomio. Y que estos lugares tienen que convertirse en hospitales generales, esa es la idea. Estamos en contra, incluso hay una propuesta del Taller de desmaniacomilización para el viernes que viene, hacer una propuesta en la Asamblea del Frente de Artistas de hacer un acto público en Plaza de Mayo en el Congreso de la Madres, para repudiar al plan de Macri y de alguna manera darle lugar a nuestras consignas.

Ustedes habían participado anteriormente en otras luchas sociales, ¿de qué manera lo hacen y por qué?


- Porque en principio desde el Frente de Artistas siempre dijimos que en la medida en que no tengamos un contacto con el afuera nos quedamos acá adentro el hospital nos va a fagocitar. Siempre nos hemos relacionado con aquellas organizaciones políticas, de derechos humanos, artísticas, sociales, estudiantiles que coincidan en los ideológico con nosotros. Y eso se ha dado en contacto directo que hemos hecho nosotros, y un contacto directos que han hechos esas instituciones con nosotros. En la cual hemos acordado desde actividades, protestas conceptuales y eso fue aumentando y eso nos ha dado como un rédito público muy fuerte que nos garantiza la vida acá adentro.

Cualquier cosa que nos pase acá adentro el costo político para la institución va a ser muy alto para el manicomio. Y el por qué, porque creo que es la única manera de aglutinarnos, de juntarnos para poder producir cambios, una posición ideológica de cambio.

Pichón Reviere siempre decía también que el artista tiene que ser agente de cambio, un transformador, un revolucionario y esas cosas no se hacen solas, eso se hace junto a otros, que piensen, sientan y hagan cosas parecidas a nosotros. Y en la medida que nosotros necesitemos, los otros nos van a ayudar y en la medida que otros necesiten, nosotros los vamos a ayudar. Esa es una posición ideológica, política de transformación y de poder revolucionar ideas y prácticas sociales.

- Con respecto al programa de radio “Comiomani?”, cuénteme como surgió.


- El programa “Comiomaní?” tampoco es una idea nueva ya lo habíamos hecho en el año noventa, ochenta y nueve, noventa. Lo hicimos primero en FM Lugano y después lo hicimos en FM La Boca. El programa al principio se llamaba “Las voces acalladas” y después le pusimos “Comiomani?”. “Comiomani?” si uno da vuelta la palabra es mani-comio, porque el nombre del programa está en signo de pregunta, Comiomanio?/Manicomio?.

Nosotros tomamos al programa como un elemento más de difusión de nuestras prácticas, de nuestros conepctos. Que no es solamente el único elemento, tenemos que el Taller de Periodismo saca una revista, el Taller de Letras saca una revista, el Taller de desmaniacomilización sacó una revista que el año que viene la vuelve a sacar, tenemos un libro, el libro de Frente de Artistas del Borda, tenemos un cassette, tenemos un CD, tenemos las funciones.

Son todos elementos de difusión de nuestra práctica y de nuestros conceptos desmaniacomilizadores. Y el programa de alguna manera es como que sintetiza toda esa actividad, es un elemento que tiene la radio con más alcance con más potencia, mayor difusión. Y representa una síntesis de nuestras ideas, de nuestras prácticas, volcadas ante un micrófono y nos parece además un elemento muy interesante la radio, muy creativo. Primero habíamos comprometido el espacio por un mes, gustó mucho, luego eran tres meses, y ya llevamos un año y medio casi. Y tiene bastante audiencia, estamos bastante bien.




 


 








 
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